La gasolina es el combustible más utilizado en España, sobre todo desde la caída de ventas de los vehículos diésel. Se trata de una opción versátil, equilibrada y adecuada para la mayoría de los usuarios.

La gasolina se clasifica según su índice de octano, que mide su capacidad de resistir la detonación. A mayor octanaje, mayor rendimiento y menor consumo. Los tipos de gasolina existentes en España son la de 95 y la de 98 octanos.

Para reducir las emisiones de CO₂, la gasolina también se mezcla con bioetanol, un combustible renovable obtenido a partir de la fermentación de productos vegetales. La proporción de bioetanol en la gasolina suele ser del 10%, lo que se denomina E10.

El diésel es el combustible que ha dominado el mercado español durante muchos años, gracias a su menor precio y a su mayor eficiencia. Sin embargo, en los últimos tiempos, ha perdido popularidad debido a las restricciones de circulación en las grandes ciudades y a la concienciación medioambiental.

Dentro de la categoría de gasóleo, existen diferentes tipos con características y precios variados. Los tres tipos de gasóleo más comunes en España son:

• El Gasóleo A habitual: Recomendado para la mayoría de los vehículos diésel modernos. Es el tipo de gasóleo más común y utilizado en España. Se caracteriza por su precio más económico y su buena calidad. Es adecuado para la mayoría de los vehículos diésel modernos y cumple con los estándares de calidad establecidos por la Unión Europea.
• El Gasóleo Premium: Es un tipo de gasóleo de mayor calidad que el Gasóleo A habitual. Suele contener aditivos que limpian el motor y reducen las emisiones. Recomendado para vehículos diésel de alta gama y conductores que buscan un mayor rendimiento
• El Gasóleo B: También conocido como gasoil agrícola o industrial, es un combustible esencial para la maquinaria en el sector agrario e industrial. Su regulación en España busca evitar fraudes, ya que su precio reducido, debido a la menor carga impositiva. Su uso está restringido a maquinaria agrícola, pesquera, embarcaciones y vehículos autorizados. A pesar de su similitud con el gasoil A, el gasoil B contiene más parafina y está menos refinado, lo que podría causar problemas de mantenimiento en vehículos no adecuados.
  El gasoil B se distingue por sus marcadores rojizos, que permiten identificar su uso en vehículos o maquinaria, ganándose el apodo de “el carburante rojo”. Esta medida de seguridad ayuda a las autoridades a controlar y asegurar el uso adecuado de este tipo de gasóleo, preservando su propósito y evitando el fraude fiscal

El gas se posiciona como una alternativa viable a los combustibles líquidos tradicionales, ofreciendo ventajas económicas y medioambientales.

Los combustibles Gaseosos reducen las emisiones de CO2, NOx y partículas, y tienen un precio más bajo que la gasolina y el diésel. Además, los vehículos de gas suelen ser bifuel, es decir, que pueden funcionar tanto con gas como con otro combustible líquido, lo que aumenta su autonomía y versatilidad.

En España, existen tres tipos principales de combustibles gaseosos:

• Gases Licuados del Petróleo (GLP): Es un combustible gaseoso obtenido al destilar petróleo, compuesto por butano y propano, se almacenado en estado líquido a bajas presiones. Con un costo 40% inferior a los combustibles fósiles y un 50% menos de ruido, el GLP es altamente recomendado para el transporte urbano.
• Gas Natural Comprimido (GNC): Es un gas natural almacenado a alta presión. Es una mezcla de metano y otros hidrocarburos. El GNC requiere un tanque de almacenamiento más grande que el GLP.
• Gas Natural Licuado (GNL): Es un gas natural enfriado a temperaturas extremadamente bajas, convirtiéndolo en un líquido más denso y fácil de transportar, es utilizado principalmente en vehículos de transporte pesado, como camiones y barcos.

Los biocarburantes, también conocidos como biocombustibles, son carburantes renovables derivados de fuentes biológicas, como plantas, residuos orgánicos y algas. Estos combustibles tienen como objetivo reducir la dependencia de los combustibles fósiles y disminuir las emisiones de gases de efecto invernadero, contribuyendo así a la sostenibilidad ambiental y a la mitigación del cambio climático.

Tipos de Biocarburantes:

Biodiésel: Producido a partir de aceites vegetales, grasas animales y aceite de cocina usado, el biodiésel es compatible con los motores diésel convencionales y se utiliza como sustituto parcial o total del diésel derivado del petróleo.

Bioetanol: Derivado de materias primas renovables ricas en azúcares, como la caña de azúcar, el maíz o la remolacha, el bioetanol se mezcla con gasolina para reducir las emisiones de CO2 y mejorar el rendimiento del combustible en los motores de gasolina.

El Bioetanol en España experimenta un crecimiento sostenido como combustible alternativo, el Bioetanol reduce las emisiones de gases de efecto invernadero y disminuye la dependencia de combustibles fósiles. Su uso se extiende en el sector del transporte, principalmente en vehículos flexibles y adaptados para su consumo. Además, su producción local impulsa la economía agrícola. Con políticas ambientales y de sostenibilidad en aumento, el Bioetanol se consolida como una opción ecoamigable y viable en el panorama energético español.

Aunque estamos hablando de los tipos de combustibles, no podemos pasar por alto la relevancia de los vehículos híbridos en la escena automotriz actual.

Los coches híbridos son vehículos innovadores que combinan un motor de combustión interna con uno o más motores eléctricos. Esta combinación permite aprovechar la energía cinética y térmica generada al frenar y circular, que se almacena en una batería para alimentar al motor eléctrico.

Existen dos tipos principales de coches híbridos: los híbridos convencionales y los híbridos enchufables. Los híbridos convencionales se recargan únicamente con la energía que producen al circular, sin necesidad de conectarse a una toma de corriente. Por otro lado, los híbridos enchufables pueden recargarse en una toma de corriente, lo que les permite tener una mayor autonomía eléctrica.

Los coches híbridos ofrecen numerosas ventajas, como un menor consumo de combustible, una reducción de la contaminación acústica y una conducción más suave. Además, los vehículos híbridos cuentan con la etiqueta ECO, que les permite acceder a zonas de bajas emisiones y beneficiarse de bonificaciones fiscales y de aparcamiento.

El tipo de combustible que emplea un coche híbrido se determina según el tipo de motor que incorpore. Los combustibles que puede utilizar un coche híbrido son gasolina o diésel. En los últimos años, ha surgido una gran variedad de modelos de coches híbridos que pueden emplear tanto gasolina como gas, ya sea GNC o GLP.

Aunque la electricida, tecnicamente no es un tipo de combustible, esta proporciona la energía necesaria para impulsar los vehículo electricos. En este sentido, se puede utilizar la palabra combustible de manera metafórica para referirse a la electricidad como la fuente de energía que impulsa el funcionamiento de los vehículos eléctricos.

Los eléctricos son vehículos que funcionan exclusivamente con un motor eléctrico, que se alimenta de una batería recargable. Los eléctricos no emiten ningún tipo de contaminante ni ruido, y tienen un coste de mantenimiento y de uso muy bajo. Sin embargo, los eléctricos también presentan algunos inconvenientes, como el elevado precio de compra, la limitada autonomía, la escasa infraestructura de recarga y el impacto ambiental de la producción y el reciclaje de las baterías. Los eléctricos disponen de la etiqueta CERO, que les otorga la máxima libertad de circulación y estacionamiento en las ciudades.